Más allá del cole… Tatiana

Estimada comunidad del Liceo José Joaquín Jiménez Núñez, reciban un cordial saludo de parte de nosotros, Andrey Araya y Kimberly Espinoza, estudiantes de la sección 11-1. Esta entrevista fue realizada a Tatiana Corrales Cabrera, a quien agradecemos enormemente por brindarnos unos minutos de su tiempo; en el momento en que la buscamos estaba cenando, y dejar de comer solo para atendernos fue un gran gesto de su parte, eso demuestra la excelente persona que es, aquí en la institución y fuera de ella. Con Tati compartimos poco más de un cuarto de hora y nos fue sumamente grato conocerla más allá del cole. Compartimos con ustedes esta entrevista.

  • ¿Qué la motiva en la vida para salir adelante?

Esforzarme, trabajar, mi familia.

  • ¿Cuál es el mayor reto que ha enfrentado y cómo hizo para superarlo?

Bueno, mi vida no ha sido fácil en muchos sentidos, fui una mamá muy joven y me tocó salir adelante con mis hijos; a los 15 años fui mamá por primera vez; a los 22 yo ya tenía 4 hijos, entonces fue muy difícil; gracias a Dios en su momento tuve un buen esposo que me ayudó a salir adelante. En una etapa no tuve tiempo para mí porque tenía que dedicarme a mi familia y a mis hijos, pero una amistad me dijo que yo necesitaba sacar tiempo para mí, para salir un poco de la rutina de la casa porque yo no pude estudiar, no podía trabajar porque tenía ese montón de chiquitos, y solo la entrada económica de mi marido, y me dijo que por qué no entraba de voluntaria a Cruz Roja; yo le dije que no, porque me daba miedo la sangre, no tanto la sangre sino como los huecos, ver heridas. Yo le dije a ella que no quería, y me respondió que no necesariamente me tenía que ir a subir a una ambulancia, que yo podía dar un servicio a la comunidad y desestresarme, entonces así fue como ingresé a Cruz Roja en ese momento.

  • ¿Qué consejo de vida le daría a una persona joven sobre su futuro?

Que luche, que estudie, que no deje pasar la vida, que la aproveche. A estas alturas de mi vida estoy estudiando también, estoy sacando mi bachillerato, en su momento no lo pude hacer porque me dediqué a cuidar a mis hijos. Cuando yo ingresé a Cruz Roja no era necesario el bachillerato, pero en este momento sí nos lo están pidiendo, y también estudio LESCO. Entonces me tengo que repartir en muchas cosas. En fin, estudie, supérese, esfuércese, no deje pasar la vida.

  • ¿Cuáles valores la representan?

El esfuerzo; soy una persona muy esforzada; me gusta cuando se me mete algo, hasta que lo logre lo dejo. También la dedicación, lo hago bien porque lo hago bien.

  • ¿Qué es lo más triste que ha vivido en este tiempo en Cruz Roja?

Son muchos casos, pero hay dos que me han marcado la vida. Uno fue un niño de 6 meses quemado, llegar yo y que la mamá diga: “tome, haga”; ver que el chiquito tenía el 90% de su cuerpo quemado, saber que en cualquier momento se me podía “quedar” porque ya estaba lleno de bombas; yo irrigándolo de camino; buscar un soporte avanzado y no encontrar. Tardamos menos de 5 minutos en llegar al Hospital de Niños, imagínense cómo iba esa ambulancia; gracias a Dios lo logramos llevar con vida. Cuando salimos del hospital mi compañero y yo nos sentamos en las gradas de la ambulancia en la puerta de atrás, nos abrazamos y nos pusimos a llorar, porque fue un caso muy impactante. Después, otro de una adulta mayor que vivía en abandono, la agredían los familiares, era una señora con cáncer de hígado, la familia la tenía en un cuarto muy chiquito; en un balde ella tenía que hacer sus necesidades; le metían todos los perros para que durmieran con ella; le ponían un vasito de agua para que se tomara sus medicinas y ahí mismo le echaban las “chingas” de cigarro para que ella se tomara esa agua así. Yo orgullosamente les puedo decir que la saqué de esa casa, la llevé a la clínica, porque la señora estaba mal, puse una denuncia y gracias a Dios dio fruto. El día que esa señora murió, por cosas de la vida me tocó que falleciera en mis brazos, antitos de morir me dijo que muchas gracias, porque debido a la denuncia que interpuse le cambió la vida para bien. Eso fue una llorada increíble.

  • ¿Cómo se organiza con su trabajo en el colegio para además ser paramédico?

Bueno, es difícil, no crean, porque no solo es el trabajo y no solo es Cruz Roja, también tengo a mi familia, la universidad y las clases de LESCO. En las mañanas estoy en mi casa porque gracias a Dios mi horario se presta para ello. Mis hijos son adultos ya, entonces más bien en lugar de ser una carga me ayudan, ya no son bebés, mi hijo menor tiene 19 años, entonces ya yo salí de esa etapa. En las mañanas me dedico a la casa; cuando tengo clases voy a la universidad, luego me vengo para el trabajo; los martes igual todo, en clases de LESCO de 1 a 5 de la tarde, a esa hora tengo que correr para venirme para acá, para el trabajo; salgo a las 10 de la noche, voy llegando a mi casa casi a las 11 p.m., entonces es cansado. Cruz Roja, por completo sábado y domingo, porque no lo dejo por nada del mundo.

  • Cuando empezó a ejercer de paramédico, ¿qué la motivó para continuar en Cruz Roja?

Yo empecé el 8 de agosto del 2008. Llegué con la intención de atender un teléfono nada más, y ayudar a los muchachos de juventud. Al día de hoy ya tengo 14 años de estar en la institución, pasé por todos los puestos. Ya ahora no me bajan de una ambulancia, es una satisfacción enorme el saber que uno puede ayudar a muchas personas y más aún llegar a atender un caso y que digan: “ay, qué dicha, vino la muchacha buena”. Aquí en el colegio me ha pasado muchas veces, y dicen: “mirá, usted atendió a mi papá”; me reconocen  porque aquí soy la doctora del colegio, en el barrio soy la doctora del barrio, aquí los alumnos se sienten mal, van y buscan directamente a Tatiana.

  • ¿Su mayor felicidad?

Claramente mi familia y definitivamente estar en la Cruz Roja, me identifico al 100%, estoy tensa: voy a Cruz Roja, estoy triste: voy a Cruz Roja; aunque parece mentira la gente puede decir qué irónica que el dolor ajeno le causa a ella paz, pero no, eso es lo que me gusta,  no es que me cause paz, porque yo ahí me despejo, como que soy yo, es mi espacio, es lo que me gusta hacer, si yo pudiera estar 24/7 en Cruz Roja, lo haría.

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