El Neoclasicismo, el Siglo de las luces, la Ilustración y la Revolución francesa: el contraste radical de sus ideas con la crisis entre Rusia y Ucrania

El Neoclasicismo, el Siglo de las luces, la Ilustración y la Revolución francesa: el contraste radical de sus ideas con la crisis entre Rusia y Ucrania.

“La guerra no es más que un asesinato en masa, y el asesinato no es progreso”.

                  Alphonse de Lamartine.

Durante el siglo XVIII asomaría con su luz brillante el Neoclasicismo, que funda sus bases en el pensamiento clásico y que, en su dirección hacia el progreso, la ciencia y el nuevo conocimiento, llenaría la mente del ser humano con su formación y principios morales.

 Se toman como principios las ideas de la Ilustración, asimismo con ella se lograría combatir la ignorancia en que la mayoría de personas vivían en ese entonces, es por ello que a este siglo XVIII se le conoce también como el Siglo de las luces, pues se procura iluminar la mente del ser humano con la formación de nuevas ideas.

Con lo anterior, veríamos un cambio bastante notorio ya que la industria se revolucionaría y modernizaría a tal punto que cambiaría nuestra forma de vivir, se crearían nuevas empresas que generarían empleos en masa y, en general, la vida sería más cómoda en todo aspecto.

Por otra parte, no podemos olvidar un tema muy importante, la monarquía se vendría abajo gracias a la Revolución francesa y daría así origen a uno de los mayores logros de la era moderna: la declaración de los derechos humanos; la libertad, igualdad y fraternidad jugarían un papel importante a partir de ese momento.

Empero, ¿cuál es la relación de todo esto con la destrucción y muerte que vivimos en la actualidad? Basta con encender el televisor para empezar a recibir las malas noticias de todo el globo terráqueo. Lo que en su momento fue paz y amor hoy es guerra y odio. En un contraste radical olvidamos entonces ese siglo XVIII que reflejaba lo moderno y que implicó un gran avance para el ser humano, que levantaría la economía y todo el ámbito laboral; hemos creado ahora nuestro propio infierno y lejos de continuar progresando hemos retrocedido a pasos gigantescos, el ser humano tristemente ha tomado como bandera la barbarie, la explotación del hombre por el hombre. La codicia y las ganas de gobernar el mundo tienen enfermos a nuestros líderes que, cegados por su ego, solo buscan demostrar quién puede adueñarse de los territorios de otros países, como ocurre actualmente en la crisis entre Rusia y Ucrania, en que cientos de personas inocentes están pagando el precio con su propia vida.

Lamentablemente hemos perdido el amor, los valores, la manera correcta de llevar el rumbo hacia un futuro positivo donde un simple saludo bastaría para alegrar el día a cualquiera. Se supone que todos somos iguales y que el respeto al prójimo debería ser la clave para mantener la supervivencia de nuestra especie. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos transcurren los años y todo cambia rápidamente, pasamos de la era de la luz a tiempos de oscuridad, pasamos de innovar y crear a destruir lo que tanto costó lograr en su momento. Las ideas surgidas durante el siglo XVIII deberían habernos convertido en una civilización modelo, en una especie digna del planeta que pisa, sin embargo, no ha sido así.

Finalmente, pareciera verídico que nuestra extinción la provocaremos nosotros mismos, el conflicto entre Rusia y Ucrania aparenta ser el primer paso para esto, ha dado inicio la ley de la selva. Pero… ¿es posible cambiar lo que se vislumbra como un destino funesto? La fe y el positivismo probablemente nos responderán que sí, que es posible renovarnos y volver a iluminar no solo nuestra mente sino también nuestros corazones. Estamos llamados a ser parte de la solución y nunca el problema, es nuestra responsabilidad, se lo debemos no solo a nuestros hijos sino a nuestros antepasados, quienes lucharon por el progreso y el bienestar de la humanidad.

José Aguilar C.
11-2
600 palabras.

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