Apropiándome del texto literario: final alternativo para “El carro de la rutina” y “La tía Daniela”

Una de las formas de disfrutar las obras literarias y apropiarse de ellas es reescribiendo el final.
Esperamos que hayás leído los cuentos de nuestra publicación anterior, para que podás comprender y apreciar estos finales alternativos escritos por nuestro estudiante Humberto López Solórzano, de la sección 10-1:

“El carro de la rutina”

Mientras la puerta se cerraba detrás de él, ella, la novia recién casada, sintió un torbellino de emociones y una urgente necesidad de actuar. La noche de bodas había sido dolorosa y humillante, y su memoria, aunque confusa, no estaba totalmente destruida. Recordó los momentos felices que compartieron antes del matrimonio y se aferró a ellos.

Decidió que no podía conformarse con la rutina y la sumisión que parecían ser el destino de todas las mujeres en su familia. Esta vez no iba a permitir que su memoria y sus sueños fueran arrojados al basurero de la resignación. Reunió todo su coraje y comenzó a buscar dentro de sí misma las fuerzas para enfrentar la situación.

A lo largo de los días y semanas siguientes, comenzó a hablar abiertamente con su esposo sobre sus expectativas, necesidades y deseos en la relación. Le expresó sus sentimientos y preocupaciones sin temor, y juntos buscaron soluciones para mejorar su matrimonio. Descubrieron que la comunicación abierta y honesta les permitía entenderse mejor y superar los obstáculos.

Con el tiempo, lograron reavivar la chispa que había existido en su relación antes del matrimonio. Aprendieron a redescubrirse mutuamente y a construir una relación basada en el respeto, el amor y la igualdad. En lugar de ceder ante la rutina, optaron por un camino de crecimiento y desarrollo personal y en pareja.

 

“La tía Daniela”

La tía Daniela y Elidé decidieron emprender un emocionante viaje a Italia, motivadas por la idea de que “los ausentes siempre se equivocan”. Su destino era Florencia, la ciudad de Dante, donde la alta fantasía parecía estar esperándolas. La tía Daniela había redescubierto su pasión por la literatura y estaba ansiosa por explorar la tierra que había inspirado a tantos escritores y poetas.

En Florencia, se sumergieron en la rica historia cultural de la ciudad, visitaron museos, galerías de arte y sitios históricos. Se maravillaron con las obras maestras de los grandes artistas renacentistas y exploraron los rincones secretos de la ciudad que habían leído en libros y poemas.

Mientras paseaban por las calles adoquinadas de Florencia, la tía Daniela conoció a un hombre encantador y apasionado por el arte y la literatura. Comenzaron a conversar sobre sus autores favoritos y compartieron risas y miradas cómplices.

Elidé, al notar la chispa en los ojos de su amiga, les dio su espacio y desapareció por un tiempo. La tía Daniela y el nuevo hombre, cuyo nombre era Marco, continuaron explorando la ciudad juntos. Compartieron momentos memorables, discutiendo poesía, disfrutando de la deliciosa comida italiana y, finalmente, encontrando el amor en los brazos del otro.

El viaje a Italia se convirtió en una experiencia inolvidable y transformadora para la tía Daniela. En lugar de buscar respuestas en su pasado, encontró un nuevo comienzo y una razón para volver a enamorarse de la vida. Aprendió que el amor y la pasión pueden surgir en los momentos más inesperados y que el futuro tiene un camino lleno de sorpresas.

 

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