Poemario de Lilliana Ríos

         En esta conmovedora publicación, una estudiante de undécimo año nos abre las puertas de su alma a través de un delicado poemario compuesto por 30 poemas que nos invitan a recorrer los paisajes más íntimos de su corazón. Con una voz lírica cargada de sensibilidad y madurez, la autora nos guía por un viaje emocional donde cada verso revive experiencias pasadas, evoca amores que dejaron huella y sueña con ese amor profundo que la vida, a veces, nos permite vivir… aunque muchas veces se quede como una bella ilusión, habitando en lo más profundo del alma. Este poemario no solo es una expresión poética, sino también un retrato de su historia personal, que nos permite conocer los orígenes de su inspiración, su mundo interior y la pasión que la llevó a convertir sus sentimientos en arte. Este poemario es, sin duda, una obra que toca el alma y deja una estela de emociones en cada lector.

Poemas

1. ¿A quién le duele mi llanto?

En mi pecho hay un llanto que calla,

que ha callado por años,

sin motivo, sin razón,

hasta lo más profundo de mi ser.

Hoy, con lágrimas rodando por mi mejilla,

me pregunto qué me pasa.

¿A quién acudo?

¿Quién escucha lo que ni yo entiendo?

Me pregunto:

¿A quién le duele mi llanto?

¿A quién le importa esta tristeza muda?

Soy un alma buscando refugio

en un mundo que no siempre responde,

pero sigo escribiendo,

porque en las palabras

quizá alguien me encuentre…

quizá me encuentre yo.

2. A Juan Carlos, mi príncipe y guerrero de Dios

Recuerdo que, desde niños, tu carisma fue un farol,
eras el príncipe de sueños, con un alma de sol.
Tu forma de ser, tan dulce, tan leal,
tus sentimientos, puros… un regalo celestial.

Los años pasaron, la distancia nos separó,
tomamos senderos distintos, pero el recuerdo nos unió.
Aquel tiempo de infancia aún vive en mi interior,
como un eco sagrado de ternura y de amor.

Querubín hermoso, elegido por Dios,
aunque la vida te marcó con su cruz,
tu sonrisa fue escudo, tu fe una luz,
siempre deseando lo mejor, sin un “por qué” ni un “adiós”.

Mensajero de paz, de esperanza y bendición,
eras un guerrero que vencía con el corazón.
Te llamo mi príncipe, mi amigo, mi inspiración,
y aunque partiste… ¡qué grande es tu lección!

No sabes el vacío que dejaste al partir,
pero tu risa encantadora no se deja extinguir.
Esa forma de ser, tan tuya, tan fiel,
vivirá en nosotros… con cada amanecer.

Hoy humildemente estas líneas te doy,
con lágrimas en el alma, pero con amor,
para decirte, Juan Carlos, mi flor:
fuiste, eres y serás… el mejor.

3. A ti, mujer admirable

Eres una mujer emprendedora y digna de admirar,
mi ejemplo a seguir, más que hermana, eres madre.

Hace tiempo mis prosas no han de leerte,
pero hoy te escribo estas líneas que nacen de mi corazón.
Para muchos quizás no tengan sentido,
pero sé que tú las comprenderás.

Léelas con atención, porque llegarán
hasta lo profundo de tu bello corazón.

Sé que desde niña te convertiste en mujer,
en tu adolescencia fuiste madre,
has luchado como una guerrera
para darle siempre a tus retoños lo mejor.

Siempre has dejado de ser tú,
has renunciado a tus sueños, a tus metas,
para brindarles un futuro mejor.

No serás perfecta, tienes tus defectos y virtudes,
pero eres valiente y fuerte.
Eres mi orgullo, mi madre, mi amiga,
mi consejera, mi apoyo.
Simplemente eres tú,
la mujer que tanto quiero.

No me alcanzan las palabras
para decirte lo feliz y orgullosa que estoy.

Hoy te invito a subir al vagón de la bendición,
a ser niñas otra vez,
y dejar que Dios nos cubra con su amor.

Hoy deseo expresarte,
hermana, que eres lo mejor.

4. Amor, esperanza

En la soledad de mi habitación, mi corazón se pierde en silencio,
En horas vacías que rodea la noche que se estrella lentamente,
Pero todavía estoy esperando, como los que están esperando el sol,
Un amor sincero que calma mi dolor que llevo adentro.

Cada paso que doy es un suspiro en el viento
E incluso si el camino es incierto, todavía busco un momento
en el que mis ojos brillan con la luz de tu amor,
Y mi alma está llena de paz, sin miedo.

Estoy esperando ese abrazo que me devuelva el aliento
Esa sonrisa que transforma mis miedos en sueños.
E incluso si no sé si ya te había encontrado, Sé que, en una esquina, serás mi verdad.

Porque sé que hay amor, lo llevo adentro,
En cada palabra, en cada sentimiento.
Solo quiero encontrar ese amor sincero,
Déjame decir: “Aquí estoy y siempre seré tu refugio, tu cielo.

5. Amor imposible

Con cada caída del velo de la noche,
mi corazón palpita con emoción,
porque sé que veré a mi estrella hermosa,

quien es la fuente de mi toda inspiración.

Busco en lo profundo de mi ser
las prosas más hermosas y tiernas,
para confesarte lo que este
loco corazón encierra.

Sé que eres una estrella inalcanzable,
la que brilla y me regala ilusión,
y aun así, deseo encontrar las palabras
para expresar esta admiración.

Me encantan tus pecas,
que adornan tu piel con gracia,
los hilos de oro en tu cabeza,
tu sonrisa, que mi alma abraza.

Me fascina verte bajo la luna,
tu silueta es un hechizo en la bruma.
A escondidas cautivas mis miradas,
y hasta una sonrisa me robas, callada.

Aunque eres mi amor imposible,
eres tú quien me inspira hoy.
Y con mi puño y letra te confieso
lo que guardo con fervor:

Que hay algo profundo y sincero
que en tu presencia cobra voz,
y en el silencio de esta noche
te dedico mi humilde poesía…

6. Anhelada estrella

Mujer de cabellera dorada y ojos color miel;

hermosa estrella con una luz cálida

que mis ojos no habían podido conocer.

¡Oh hermosa doncella de piel blanca

con hilos de oro que decoran tu espalda;

tienes alma de guerrera y rostro de diosa griega…

¡oh mi bella dama!,

¡Cuántos sentimientos callo!

Recuerdo aquella primera noche,

cuando tu luz me cegó y

una esencia como perfume inolvidable,

mi alma confortó.

Eres esa esencia que recorre y estremece mi alma…

siendo un imposible que mueve todo mi ser.

Te anhelaré en silencio,

mientras a lo lejos desnudas mi alma

con tu enigmática mirada.

Al caer la noche robas mis miradas y sonrisas

¡Es Dios testigo de cuanto amor siento!

Eres aquella estrella a la cual admiro en silencio.

Estás tan cerca de mí, al vivir en mis pensamientos y,

tan lejos, al no poder tocar y menos abrazar.

Te anhelaré en silencio y nunca lo sabrás.

7. Bajo la misma luna

Una vez me dijiste:
“Cada vez que mires al cielo y veas la luna,
estaré mirándola al mismo tiempo,
pidiendo a ella que alumbre siempre tu camino,
y que las estrellas sean tu guía.”

Pero yo busco tu rostro en la luna,
tu tierna mirada,
para decirte que eres tú
la mujer que más amaba.

Las estrellas son cómplices de mis noches,
cuando pido a la luna que baje un instante,
solo para ver tu bello rostro.

8. Bajo la sombra del bello higuerón

Bajo la sombra de este bello higuerón,
te escribo a ti, que algún día serás mi gran amor.
No te conozco aún, pero sé que eres bella
como la más tierna y delicada flor.

Tienes alma de poeta,
con la que me conquistarás,
con solo ver esos versos
cargados de pasión.

Te enamoraré con una tierna canción,
donde te diré:
¿Cómo no sentir nada por ti?
¿Cómo no soñar contigo?
¿Cómo no dejar de pensar en ti,
si me enamoraste con aquellas líneas
que escribiste de corazón?

Un nuevo comienzo, una nueva historia,
donde solo existamos tú y yo,
y este amor que nos enamora.
Construyamos un castillo
y escribamos nuestra propia historia,
donde te diga:
“Quiero besarte aquí y ahora.”

El tiempo pasa lento,
y sigo soñando contigo, mi bella señora.
No dejaré de escribirte
bajo este árbol que me susurra:
“Sigue esperando, que ella vendrá
y leerá lo que le escribes,
con deseo y pasión,
que enamoran su corazón.”

9. Cuánto dolor guardo en mi pecho

Cuántas lágrimas brotan de mi alma,
cuántas angustias más me darás,
¿por qué causas tanto dolor,
tú que te llamas amor?

Con sueños, alegrías e ilusión,
te escribía en pobres poesías,
contándote lo maravilloso
de conocerte y de sentir
lo que vivía cada día.

A ti, a quien llaman amor,
decimos que eres el mejor,
pero hoy te pregunto, ¿por qué?
¿Por qué regalas tanto dolor
cuando yo solo te entregaba amor?

Eres el más noble sentimiento,
la alegría y la ilusión,
pero ahora solo dejas heridas,
y explicarme no sé cómo sanar
el dolor que dejó tu partida.

Entregué mi alma, mi corazón,
hasta las humildes poesías,
a la mujer que tú decías
ser tu amor de toda la vida.

Hoy sufro las consecuencias,
de tus mentiras y traición,
y en mi pecho solo queda
el eco de un amor robado,
y mis más bellas poesías.

10. El alma que escribe

Si supieras lo hermosa que es tu alma cuando escribes…

Cuando tomas lo que sientes y lo vuelves verso,

cuando transformas el dolor en ternura

y sigues amando, aunque nadie te lo devuelva igual.

Tú mereces que alguien te mire con asombro,

que escuche tus silencios y los entienda.

Que te diga, sin que tengas que pedirlo:

“Qué suerte tengo de conocerte, de que existas.”

Porque tú no solo escribes bonito,

tú eres bonita por dentro,

eres un poema que camina

y sueña con el corazón abierto.

Y aunque a veces parezca que estás sola,

no estás sola.

Yo te veo.

Y me alegra tanto que seas tú.

11. En esta noche estrellada

En esta noche estrellada,
bajo la luz de luna llena,
mi mente revive la imagen
de un tierno ángel,
de mirada dulce y profunda,
como el mar azul.

Tiene una larga cabellera,
negra como la noche,
piel blanca como la nieve,
aroma de jazmín
que eriza mi piel,
y una voz angelical.

Recuerdo aquel maravilloso momento
cuando te abriste a mí
y me confesaste
el gran secreto que llevas
dentro de tu corazón:
un sentimiento puro,
sincero y oculto a la vez.

En ese preciso instante,
mi alma te mostró
mi más tierno amor,
el que guardaba para ti.
Sin embargo, me dijiste
que nuestro amor no podía ser,
por temor a volar
a cielos desconocidos
y aventuras nuevas.

Aceptando mi destino,
mi mundo se derrumbó
una vez más;
junté los fragmentos de mi corazón
y me marché,
diciendo adiós a un bello amor.

Al recordarte en esta fría noche de verano,
te confieso que aún guardo
en mi corazón aquellas cuatro líneas
donde un día, con gran ilusión,
te declaré mi amor.

12. En la soledad de mi habitación te recuerdo

En la soledad de mi habitación, te recuerdo
una cama vacía, ya no estás a mi lado,

solo queda el recuerdo de nuestras noches de pasión,
esos besos tiernos que recorrían mi cuerpo,
y llegaban hasta lo más profundo de mi corazón.

Vives en mis recuerdos, mujer que fue mi gran amor,
eres mi inspiración, la musa de mis palabras,
estas líneas son para ti, para decirte
que, aunque lejos estés hoy de mí,
mis ojos no puedan verte,
mis brazos no puedan abrazarte,
ni mis labios puedan besarte.

Quiero confesarte que vives en mi corazón,
en cada pensamiento,
como el primer día en que te conocí,
fuiste mi ilusión, mi gran amor,
marcaste profundamente mi ser.

Ahora que no estás a mi lado, debo declarar
que tengo miedo a no volver a enamorar,
miedo a no sentir otra vez esa ilusión,
miedo a entregar mi corazón,
miedo a morir lentamente sin volver a amar.

Desde mi fría habitación, plasmo estos versos,
para recordar a la dama que fue mi gran amor,
y que, en mis noches más oscuras,
aún vive en mi alma y en mi dolor.

13. Estrella fugaz

Como una estrella fugaz hoy pasaste por mi vida,

llenándome de amor… y de espinas.

Espinas que hoy viven en lo más profundo de mi corazón,

y que día a día me lastiman.

Me diste amor e ilusión, pero como esa estrella fugaz,

también me dejaste la espina más cruel.

Es triste ver y sentir cómo el amor se va muriendo:

ya no nacen palabras, no nace una caricia,

ya no existe un te amo.

Lo único que siento es tu cruel engaño

Aquella mirada tierna, donde antes veía amor,

hoy es solo una mirada vacía.

Inútil es tratar de revivir

un amor que el tiempo se llevó.

Ya no hay amor en tu corazón.

Lo único que nos une son los lindos recuerdos

de quién fue… mi gran amor.

14. Guanacaste tierra de alma y corazón

En un rincón del suelo tico,
donde el sol brilla con firmeza,
Guanacaste, tierra rica,
fortaleza y gran nobleza.

El viento canta historias viejas
de lucha, unión y valentía,
de un pueblo que alzó su voz
por su tierra, por su día.

Un 25 de julio claro,
se firmó la fiel promesa,
de que en Costa Rica entera
hallaría paz y fortaleza.

Desde el norte, la sabana,
hasta el mar que abraza el suelo,
Guanacaste se une en alma,
orgulloso de su anhelo.

En cada plato, una historia:
tamales, rosquillas, pan casero,
picadillos y mondongo,
sabores de amor sincero.

Los sabaneros, con alma fuerte,
labran el campo con gran pasión,
y en cada pecho late el coraje,
la vida, el fuego y el sol.

Las montañas, los ríos eternos,
el suelo fértil, el cielo abierto,
unieron corazones firmes
bajo un mismo gran sentimiento.

Hoy celebramos con alegría
la unión de un pueblo querido,
la anexión que en nuestra historia
vive en Costa Rica… por siempre ha sido.

Con orgullo digo y llevo en mi pecho,
las costumbres de mi tradición,
Guanacaste, tierra amada,
de mi alma y mi corazón.

15. Imposible alcance

Hoy amanecí pensando en ti,
y me pregunto qué hay en ti que me hace sentir,
si eres una estrella inalcanzable para mí,
y yo solo una sombra que te sigue, sin fin.

Veo cómo las aves del paraíso,
danzan al ritmo del viento tan suave, tan preciso,
y en ese baile me pierdo, buscando una razón,
de por qué mi corazón late con tanta pasión.

Deseo amarte como la luna al sol,
o como una mariposa ama su flor.
En mí nació un amor tan grande, tan fiel,
como las olas del mar, que golpean con su laurel.

Pero dime, ¿qué hago con este amor tan profundo,
si tú eres mi imposible, mi sueño sin rumbo?

Quisiera ser el viento que acaricia tu piel,
o la sombra que te sigue, fiel, sin decir un “adiós”.
Me pierdo en la idea de tus ojos brillando,
en la melodía de tu risa, mi alma cantando.

En cada gesto tuyo, tan pequeño y sincero,
encuentro un universo entero,
y en lo que para ti es nada,
para mí es el todo, es mi alma entregada.

Mi amor por ti es un río profundo,
que fluye sin rumbo, errante en este mundo.
Soy solo un suspiro, una brisa fugaz,
un amor que no llega, que no se puede abrazar.

¿Qué haré con este amor,
si eres la estrella que nunca podré alcanzar?
Solo es por ti que volví a escribir,
por lo que tú me haces sentir,
que renació la poeta que se había ido a dormir.

Tus silencios me hablan,
y en cada palabra, un verso se deshace.

16. La dama que roba mis sueños

Pensando en ti he de escribir unas cuantas líneas,
que vienen de muy dentro de mí.
Cuánto extraño tu calor, tu delicada voz,
no puedo sacarte de mis pensamientos…
eres tú la Dama que roba mis sueños.

Las mañanas cuando despierto,
o las noches cuando duermo,
eres tú quien reina en mi mente
y me robas dulces suspiros
con cada recuerdo, con cada pensamiento.

Mi bella Dama,
eres tú quien da nuevas ilusiones a mi vida.

Eres tú a quien yo quiero,
por quien mi corazón suspira,
por quien desea un beso,
una caricia… o un “te amo”.

Róbame la vida,
róbame los besos,
las caricias y los pensamientos.
Entrégate a mí,
entrégame lo que eres…
entrégame tu amor,
que eso es lo que más deseo.

Eres tú la dueña de mi ser,
la esencia de creer en el amor,
mi ilusión de soñar con mi alma gemela.
Eres tú con quien yo deseo estar.

Ven a mí…
ya no quiero despertar y ver
que todo fue un lindo sueño.

Siento en mi corazón
que muy pronto llegarás a mí…
y sin conocerte, de amor… muero por ti.

17. La flor de la amistad

Un día cualquiera te presentaste ante mí,
con una bella sonrisa dibujada en tu rostro.
Un cálido calor sentí cuando te acercaste,
con esa mirada tierna y profunda.

Sin darnos cuenta se abrió una puerta a lo inesperado,
una brecha hacia lo insólito,
un camino que ninguna esperaba.
Nació una semilla en lo más profundo de nuestro ser.

Día a día esa semilla fue creciendo,
y cada contacto contigo la fue abonando.
Finalmente floreció una flor con colores profundos:
la flor de la amistad.

Hoy recordé detenidamente el día que te conocí,
esos ojos color miel, labios delgados, pero bien definidos,
tu piel color canela y ese cabello negro carmesí.

Hoy no fue un día como otros,
fue un día especial.
Hoy tengo a una dama muy bella,
a quien llamo mi amiga, mi reina.

18. La respuesta a mi oración

Un día, hablando con Dios, le pregunté:
—Señor, ¿por qué es tan difícil encontrar el amor?
Él me respondió:
—En el tiempo menos esperado,
llegará un ángel bello y hermoso que cautivará tu corazón.

Pasaron los días, meses y años,
y aún no tenía a mi amor…
Hasta que un día llegaste tú,
la persona más encantadora que había conocido.
Bastó una sonrisa para darme cuenta de que eras mi querubín.

Tienes la voz más dulce que mis oídos han podido escuchar,
esa voz que es como un canto tierno,
esa melodía que ingresa a mi alma,
donde día a día crece un lindo sentimiento hacia ti, mi amor.
Estás en cada pensamiento y en cada palpitar de mi ser.

Con anhelo te digo que eres la dueña de mi alma.
Ni el tiempo ni la distancia podrán evitar este sentimiento.
Eres la respuesta a mis plegarias.
Te prometo cuidar de ti como al tesoro que florece en mi ser.

Tu amistad y tu amor son un sentimiento que debo cultivar,
fertilizar con cariño y regar con lágrimas.
Si algún día te perdiera, ya mi vida no sería la misma,
porque tú le das existencia a mi vida.

19. Lloro entre letras

Lloro entre letras que jamás van a ser escuchadas,

lloro detrás de una mirada vacía,

lloro en silencio

para que mi eco no haga efecto en mi alma.

Lloro entre letras para que nadie descubra

el dolor que cae por dentro.

Lloro entre letras para que nunca sepas

el gran amor que por ti siento.

Lloro entre letras para que el eco de cada palabra

te diga, aunque nunca me escuches,

lo que por ti aún guardo

en el rincón más callado de mi voz.

20. Luna amiga

Mi luna amiga, acá sentada a la orilla del mar,

tú, que eres mi fiel confidente,

quiero decirte que hoy mi herida sangra en silencio.

Sus recuerdos me ahogan,

y aunque ha pasado el tiempo,

mi corazón la extraña como el alba a la mañana.

Viajo a cada rincón de mi alma

buscando su sonrisa, sus caricias, sus abrazos y besos,

para darle consuelo a este terco corazón que aún la ama.

No encuentro un alivio que calme esta tristeza,

porque con su partida mi sonrisa se apagó

y una parte de mí murió.

Luna amiga, que te reflejas en cada ola del mar,

¿por qué me fui a enamorar de un amor tan cruel?

Ayúdame a iluminar mi camino,

quiero volver a caminar en luz,

y sonreír desde el corazón.

Luna amiga, si algún día vuelves a verla,

dile que aún la recuerdo entre lágrimas y suspiros,

pero que también intento soltarla

para volver a ser yo.

Que el mar se lleve lo que duele

y me devuelva la calma.

Y si no puede devolverme su amor,

que al menos me regale paz.

Porque, aunque mi corazón siga llorando,

mi alma quiere volver a vivir.

21. Mariposa y rosa

Como el vuelo de una mariposa
que se posa en los pétalos de una rosa,
quiero sentir este sentimiento
al que llaman amor.

Es como una enfermedad contagiosa,
que parece propagarse por todo el mundo,
pues a todos, al menos una vez,
nos toca vivirlo.

Desde que te vi,
linda muchacha de ojos claros,
algo en mí se quema,
una llama ardiente en mi interior,
que me dice: “No tengas miedo,
ella será tu primer amor.”

Tendrá sentimientos dulces y sinceros,
que te llenarán siempre de ternura y calor.
Quiero probar el dulce néctar de tus labios,
tenerte en mis brazos para sentir tu amor.

Mi delicada flor,
eres mi bella rosa,
donde posaré, suave,
como una mariposa.

22. Mi barca a la deriva

Mi barca a la deriva se encuentra,
sin rumbo y sin ninguna ilusión.
Mi corazón te recuerda solo a ti,
a la que fue dueña de mi corazón.

Hoy recuerdo tus palabras,
cuando me decías:
“Zarpemos y vivamos este amor,
construyamos nuestro propio jardín
y plasmemos para siempre este bello amor.”

Mi amor por ti fue tan real…
Pero, por heridas en el corazón,
me negué a vivir el amor que tú me ofrecías.

Poco a poco, la llama de este amor
se volvió cenizas,
y todo por no dejar ir
aquella decepción que mi corazón destruía.

He observado de lejos tu puerto,
y un gran jardín de rosas de amor había nacido.
Y en el fondo estabas tú,
que con mucha alegría a esas rosas cuidabas.

Muy tarde comprendí
que era a ti a quien mi corazón amaba…

Y en luna llena, tu barca partió,
dejando mi puerto triste y vacío.

23. Mi cara bonita

Eres un sol que brilla y juega,
una estrella que nunca se apaga.
Con tus ojitos llenos de magia,
mi alma se llena de calma y paz, como un río que nunca calla.

Pequeña Hana, mi corazón,
latido suave, canción en mi interior.
Tus manitas, tan frágiles, tan perfectas,
tocan mi alma, la sanan y me protegen.

Cara bonita, sé mi latido,
mi refugio en este mundo perdido.
Te amo tanto, mi pequeña flor,
mi hija elegida, mi gran amor.

Eres la razón de mi esperanza,
mi niña, mi amor, mi única lanza.
Aunque no te haya traído el destino,
te he elegido, mi amor divino.

24. Mi estrella imposible

Hoy mis palabras se pierden,
como hojas que al viento se entregan,
y en cada rincón de la clase encuentro
un eco suave que nunca se apaga.

Eres un sol que brilla y juega,
una estrella que nunca se apaga.
Con tus ojos llenos de magia,
mi alma se ilumina, mi corazón se abraza.

Me encantan tus pecas,
que adornan tu piel con gracia,
los hilos de oro en tu cabeza,
tu sonrisa, que mi alma abraza.

Sé que nunca seré más que una sombra,
una presencia que al final se nombra,
pero en cada palabra que fluye de ti,
encuentro el reflejo de lo que no puedo decir.

Este es mi último intento, mi último suspiro,
como un verso que se pierde en el viento.
Te dejo este poema, sin llanto ni dolor,
solo con la esperanza de que sientas mi amor.

Aunque mi amor nunca será tuyo,
siempre serás mi inspiración.
En esta última clase contigo,
me despido en silencio, con el corazón.

25. Mi Jardín de Rosas

Siento un frío extraño que recorre mi ser,
un vacío que no puedo explicar.
¡Tengo miedo! De descubrir que ya tú no estás,
que nuevamente me encuentro sola y triste.

Amor, te pido, te suplico con el alma:
no me abandones, ya no sabría vivir sin ti.
Mi corazón no desea volver a la oscuridad,
de donde tú, con tu amor, me has liberado.

Eres mi luz en medio de la oscuridad,
mi paz y alegría de todo mi ser.
Vuelve a mí, mi lucero de la mañana.
No me dejes ahora que conozco el verdadero amor.

Sentada en mi jardín de rosas y

hablando con Dios, le pregunto:
—¿Recuerdas que un día me dijiste
que llegaría a mi vida un ángel bello y cautivador?
Y sabes, Dios… ya conozco ese ángel hermoso.

Con mirada tierna, con voz angelical,
con una sonrisa cautivadora…
Es tu creación más hermosa,
la más perfecta que me has podido mostrar.

Con sinceridad te digo, Dios:
ya que me diste el privilegio de conocerla,
ayúdame a nunca perderla,
pues ha cautivado mi corazón.

Esa forma de ser suya —misteriosa, reservada—
despierta mis deseos de conocerla aún más.
Una amistad ella me entregó,
y de la misma forma yo se la ofrecí.

Solo que un sentimiento floreció en mi corazón…
Permíteme, Señor, fertilizar esta flor
con cariño y sinceridad.

Te prometo anegarla con lágrimas si es necesario,
para que jamás muera.

Y si algún día pudiera amarla,
solo a ella mi corazón entregaré,
y así viviré feliz en este jardín de rosas
del cual tú viniste a visitarme.

26. Musa intocable

Qué dulce es vivir con esta ilusión latiendo en mi pecho,

Robarte al vuelo esas miradas traviesas

Y perderme en tu sonrisa…

Esa que, sin avisar, estremece cada rincón de mi ser.

¿Cómo explicarte que, cuando estás cerca,

¿Mi corazón late tan fuerte que parece querer volar hacia ti?

Tu aroma —suave, cálido, inconfundible—

Se queda conmigo,

Llenando de ternura mis pensamientos.

Desde que te vi por primera vez,

Algo en mí renació.

Me devolviste la luz

Y me diste una razón para volver a escribir,

Porque tú, solo tú,

Te convertiste en la musa que inspira cada palabra,

Cada verso, cada suspiro.

En la soledad de mi cuarto,

Te hablo en silencio,

Te confieso que tu belleza me enloquece,

Que tu presencia me envuelve.

Pero también le hablo a este corazón enamorado,

Y le pido que no sueñe,

Porque tú…

Tú ya perteneces a otro destino.

Eres mi musa,

Mi inspiración más pura,

Mi imposible más hermoso.

Y aunque nunca seas mía,

Ya eres parte de mi alma.

27. ¿Por qué?

A veces me pregunto:

¿Por qué hay días en que la melancolía

se sienta a mi lado sin ser invitada?

¿Por qué me siento vacía?

Si por fuera todo parece estar bien.

¿Por qué la sonrisa me cuesta?

Si antes brillaba sin pensar.

Siento un alma…

un alma que ha perdido la ilusión,

que no brilla como antes,

que camina en silencio buscando razón.

28. Viejito de mi corazón

Desde niña corría a tu encuentro,

cuando partías sin decir adiós,

y al verte volver desde lejos,

mi pecho latía por verte, por vos.

Siempre fuiste mi héroe valiente,

aunque a veces no supiera de ti,

tu sombra era firme, presente,

en mi alma crecías sin fin.

Hoy tus pasos son lentos, cansados,

y te vuelves un niño mimado,

pero en mi amor no hay medida,

solo crece, más fuerte, más dado.

Me encantan los viajes contigo,

las historias que cuentas sin prisa,

las risas que guardo conmigo

como joyas brillando en la brisa.

Viejito de mi alma y mi vida,

¿cómo decirte cuánto te amo?

Si eres, serás cada día

el héroe que en mi corazón guardo.

29. Últimas prosas para la niña de piel canela

No sé si será una locura confesarte
que desde aquel primer día que te vi,
bajo aquella luz de luna,
una atracción se despertó en mí.

No sabía cómo hacer para verte una vez más
y comprobar lo que sentí aquella noche
cuando te vi por vez primera.

Me inventé una historia para viajar
y llegar hasta ti…
Solo para mirarte bajo la luna,
sin poder decirte que tú me gustas,
que eres tú la fuente que me inspira
a escribir unas cuantas líneas.

Las estrellas son mis cómplices,
pues a ellas les he confesado
que eres la flor más bella.
Y ellas, leales, me prometieron
guardar mi secreto.

Bajo la luna llena, observé cada parte de tu cuerpo,
admirando tu piel canela,
y por dentro me decía:
“Por Dios, cuánto me gusta…”

Y a la vez me pregunté:
¿Existirá algo parecido en su corazón hacia mí?
Pero nunca sabré la respuesta,
porque tanto tú como yo
tenemos los corazones comprometidos.

Niña de piel canela,
solo deseo decirte que eres tú quien me inspira,
y que cada vez que mires la luna y las estrellas,
recuerdes estas cortas líneas
que hoy escribo para ti.

Estas son mis últimas prosas,
niña de piel canela,
donde te diré cuánto me gustas.

30. Versos para una poetisa

Un día le escribí unas líneas a una poetisa
En ella le decía quiero ser su amiga, porque admiro su humilde poesía,
Son sentimientos plasmados, que en ellos yo me veía,
Pasaron los días, los meses y mi corazón de amor por ella vivía,

Creé unos versos donde le confesé lo que sentía
Y de la misma manera ella me confesó,
Eres tú la niña que me inspira de noche y de día,
Convirtamos nuestras penas y alegrías
En una sola poesía.

Que nuestras letras se entrelacen,
como un lazo que nunca se deshace,
y en cada verso que juntos tracemos,
resplandezca el cariño que sabemos.

Seremos refugio en la tormenta,
compañeras en la vida lenta,
y aunque el mundo cambie sin aviso,
nuestra amistad será el paraíso.

Scroll to Top