Te compartimos este otro final alternativo para el cuento “El carro de la rutina”, escrito por nuestra estudiante Susan González Picado, de la sección 10-1:
“El carro de la rutina”
Sin embargo, cuando al final de la jornada él entornó la llave de la puerta y dijo: “Hola querida, ¿cómo has pasado hoy?”, ella buscó en sus adentros el valor que con esfuerzo había logrado reunir para decirle: “ Tenemos que hablar”, él sin reparos la escuchó, pensó en forma ególatra que algo sobre la cena le ha de querer preguntar; sin embargo, ella con voz pausada pero segura le dijo: “ No quiero seguir casada con una persona que no se preocupa por mí, al que no le importan mis sentimientos; ¿sabías que la noche de bodas tu orgullo machista te cegó provocando en mí tanto dolor que pensé hasta en buscar muerte?”.
Él con ojos como de búho la escuchaba atónito sin poder imaginar cuánto dolor había causado su comportamiento. Ella seguía tomando valor al recordar que no quería ser como las tantas mujeres que conocía, resignadas al dolor y al sufrimiento de una vida rutinariamente patriarcal, así que su valor aumentaba y él impávido y entre sollozos le suplicó que no lo dejara y le aseguró, por el amor que sintió cuando aún eran novios, que cambiaría. Ella feliz decidió darle una oportunidad, generando así un cambio, marcando una diferencia como una mujer valorada.