Este martes 13 de mayo, un grupo de estudiantes del colegio nocturno participó en una visita educativa al Museo Nacional y al Museo Penitenciario de Costa Rica, aprovechando un transporte privado para trasladarse a los dos importantes museos de San José, con el propósito de aprender más sobre la historia y la cultura de su país a través de experiencias directas. La actividad estuvo diseñada para enriquecer su formación académica y cultural, ofreciéndoles la oportunidad de conocer de cerca espacios emblemáticos que marcaron momentos clave en la historia costarricense.
En el Museo Nacional, los estudiantes tuvieron la oportunidad de explorar una exposición fotográfica sobre el Cuartel Bellavista, un edificio de gran relevancia histórica que funcionó como cuartel militar entre las décadas de 1920 y 1940. Gracias a las imágenes y las explicaciones, los jóvenes pudieron comprender los cambios sociales y políticos que llevaron a la transformación de este lugar, que, después de la abolición del ejército en 1948, pasó a ser la sede del Museo Nacional, convirtiéndose en un símbolo de la paz y la identidad costarricense.
El Cuartel Bellavista, también conocido como “Buena Vista”, fue construido a partir de 1917 por iniciativa de Federico Tinoco Granados, quien era Ministro de Guerra durante el gobierno de Alfredo González Flores, y su propósito original fue fortalecer la institución militar. Este edificio, cargado de historia, fue testigo de eventos significativos en el país, pero su destino cambió cuando, tras la abolición del ejército, se transformó en un centro cultural y educativo que hoy preserva la memoria de Costa Rica.
Después de su paso por el Museo Nacional, los estudiantes visitaron el Museo Penitenciario, ubicado en el Centro Costarricense de Ciencia y Cultura (CCCC), donde vivieron una experiencia inmersiva que los transportó a la vida en la antigua Penitenciaría Central de San José, conocida como “La Peni”. A través de recreaciones de celdas, ambientes sonoros y escenografías realistas, los estudiantes pudieron experimentar cómo era la vida en la prisión, mientras se sumergían en la historia de este espacio cargado de significados.
El recorrido por el Museo Penitenciario incluyó la observación de objetos originales, como cédulas de identidad y otros artículos personales de los prisioneros, lo que permitió a los estudiantes entender mejor las condiciones de vida en la cárcel y las historias de las personas que allí estuvieron. Las esculturas y los sonidos contribuyeron a recrear el ambiente de la prisión, haciendo que los estudiantes reflexionaran sobre los derechos humanos, la justicia y las dificultades sociales que marcaron esta parte de la historia del país.
En general, la visita fue una experiencia muy enriquecedora para los estudiantes, quienes valoraron positivamente la oportunidad de conocer de manera tan directa y profunda la historia detrás de los muros de estos dos lugares tan significativos de Costa Rica. Esta actividad no solo cumplió con el objetivo académico, sino que también fomentó en los jóvenes una reflexión sobre el pasado y su importancia en la construcción de una sociedad más justa y consciente.