165 años del fusilamiento de Juanito Mora: una herida que continúa abierta
El aciago 30 de septiembre de 1860 quedó vergonzosamente grabado en la historia de Costa Rica como un día de dolor e injusticia. En Puntarenas, fue fusilado el expresidente Juan Rafael “Juanito” Mora Porras, líder nacional que había guiado al país durante la guerra contra los filibusteros de William Walker y que, sin embargo, terminó sus días condenado por sus adversarios políticos.
Mora gobernó entre 1849 y 1859, impulsando la modernización del país y encabezando la defensa de Centroamérica frente al expansionismo extranjero. Pero tras ser derrocado en un golpe de Estado, intentó recuperar el poder y fue derrotado en la batalla de La Angostura. Capturado, fue sometido a un consejo de guerra y condenado a muerte. Su fusilamiento ocurrió el 30 de septiembre y, pocos días después, corrió la misma suerte su cuñado, el general José María Cañas.
Este hecho pleno de ignominia, que hoy recordamos a 165 años de distancia, no solo marcó un desenlace trágico para uno de los héroes nacionales más importantes en la historia de nuestro país, sino que también abrió un debate que aún resuena: ¿por qué el hombre que defendió la soberanía de Costa Rica terminó ejecutado por su propia patria?
El historiador Armando Vargas Araya, en su libro “El lado oculto del Presidente Mora”, ofrece una excelente visión de esta figura histórica. Su obra no es una biografía tradicional, sino un análisis de las tensiones diplomáticas, ideológicas y políticas que rodearon la vida de Mora y los conflictos de su tiempo. Al revelar documentos y correspondencias poco conocidas, Vargas muestra a un presidente que se movía entre la grandeza de defender al país frente al filibusterismo y las dificultades de enfrentar a las élites internas que cuestionaban su gobierno.
Hoy, más de un siglo y medio después, el fusilamiento de Juanito Mora sigue siendo un recordatorio de que la historia está hecha de luces y sombras. En medio de esas contradicciones, su legado como defensor de la soberanía nacional permanece, y su memoria nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar la justicia, la democracia y la paz que hoy disfrutamos.
Invocación a don Juanito
Poema escrito por la costarricense Julieta Dobles.
Más de centuria y media que dijiste
no al invasor, no al esclavista.
Y de muchas maneras encontraste
el amor de este pueblo,
como una bandera desgarrada
por la guerra y la peste,
pero firme ante el reto
de confirmar la Patria.
Hoy te necesitamos,
urgente, urgente, urgente,
don Juanito.
Necesitamos tu voz y tu esperanza,
tu amor inconmovible
de roca en la tormenta.
Muchos han malherido
de la Patria el futuro,
venden el patrimonio de todos,
hipotecan la playa, el mar,
el suelo generoso.
El último ha raído la fe del pueblo,
ha corrompido la esperanza,
y se pasea orondo,
pavo soberbio y torpe,
por las sendas del mundo,
mintiendo y escondiendo
sus timos verdaderos.
Por eso, don Juanito,
te invocamos, urgente.
Danos ira y valor
para expulsar por siempre
tanto filibustero.
La traición de unos pocos ha vendido
lo que con tanto celo y dolor
tú y los tuyos guardaron.
La Patria zaherida
reclama tu presencia,
héroe de la alborada.